¿Qué es la batería lipo?

Las baterías de polímero de litio, también conocidas como baterías LiPo, son celdas electroquímicas recargables populares entre los aficionados al radiocontrol y se utilizan en numerosas otras aplicaciones, como la robótica a pequeña escala y los productos inalámbricos de consumo. Las baterías LiPo son ligeras y versátiles.

Historia
Las baterías recargables de polímero de litio fueron fabricadas inicialmente para uso generalizado por Sony Corp. de Tokio a principios de la década de 1990. Se consideraban una alternativa a los metales de litio inestables, altamente reactivos y potencialmente peligrosos, comunes en las baterías hasta entonces. La densidad energética y el voltaje operativo promedio de las baterías LiPo son actualmente hasta tres veces superiores a los de las baterías de níquel-cadmio.

Química de LiPo
Como en todas las baterías, la energía en las baterías de polímero de litio se produce mediante una reacción electroquímica dentro de la celda. Estas baterías representan una mejora en la química de las baterías convencionales debido a su mayor producción de energía y su bajo tiempo de recarga.

Ventajas y limitaciones
Las baterías de LiPo producen el doble de energía, pesan la mitad y mantienen la carga completa durante más tiempo que las baterías de níquel-cadmio. Sin embargo, su longevidad es un inconveniente, ya que su vida útil suele ser de tan solo unos cuatro años.

Usos comunes
Las baterías de LiPo se encuentran comúnmente en vehículos de control remoto, teléfonos celulares y teléfonos inalámbricos. Otras aplicaciones incluyen computadoras portátiles, reproductores de MP3 y PDA. Actualmente, los investigadores estudian el posible uso de baterías de polímero de litio en automóviles y otros medios de transporte.

Advertencia
Las baterías de LiPo pueden ser extremadamente peligrosas si se usan incorrectamente. Han provocado incendios en hogares y automóviles tras explotar durante la carga o tras un impacto. Además, son extremadamente sensibles a las altas temperaturas y deben almacenarse adecuadamente para evitar la combustión espontánea. Deben almacenarse en contenedores ignífugos cuando no se utilicen y no dejarse sin supervisión durante la carga.